En nombre del hijo


Con tan solo 18 años, Patrick Kluivert anotaba el único gol de la final de la Copa de Europa -hoy Champions League- el 24 de mayo de 1995. Aquella anotación a falta de cinco minutos para el final del tiempo reglamentario ante el Milan representaba el que, hasta el momento, ha sido el último gran trofeo del Ajax a nivel de clubes. Kluivert terminó convirtiéndose en un mítico apellido, más allá de la carrera llena de altibajos que vivió. A casi diez años del final de su carrera, este apellido continúa abriéndose espacio dentro de las canchas, esta vez con una carrera que recién inicia y promete muchísimo con tan poco visto hasta ahora.

Iniciar una carrera como futbolista nunca será fácil. El sacrificio tanto físico como mental que acarrea es algo que ha quedado muy en claro pocos pueden sobrellevar con el transcurso del tiempo. Si a todas esas estresantes circunstancias se le agrega el hecho de llevar un nombre que ha significado algo, la cabeza se llena de un cúmulo de ideas difíciles de soportar la mayoría del tiempo. Manejar esta clase de situaciones, que acarrean decisiones importantes a una corta edad, conllevan el desarrollo de una madurez importante en ese ámbito. Muchos han tenido que cargar con cruces demasiado grandes que acaban cayendo sobre la persona y la carrera misma.

Aunque en otras ocasiones, no. Sucede que tan rápido puede ocurrir todo que la joven mente no tiene tiempo para asimilar los momentos y sencillamente se guía por el amor al juego, el cual termina siendo la causa pero igualmente la cura de todos los males. Todo lo que se presenta como estresante se puede convertir en motivación para hacer las cosas de una mejor manera, inclusive mucho más de la esperada. Convertir la fragilidad en una virtud, pocos pueden hacerlo de manera prematura y hoy por hoy, Justin lo está haciendo a la perfección. Su debut el pasado 15 de enero ante el PEC Zwolle dejó un sabor de boca extremadamente bueno no sólo para los hinchas Godenzonen, sino a todos los que de alguna forma u otra valoran esas muestras de potencial.

Minutos dentro de la cancha y una infortunada lesión de Kasper Dolberg llevaron a este habilidoso jugador a convertirse en el futbolista más joven en disputar una edición de De Klassieker desde que Rafael van ser Vaart lo hiciera en el 2000. Cuando se pensaría que el peso de su apellido es lo que más lo catapulta, la realidad está totalmente alejado de eso; su capacidad de juego lo ha convertido en uno de los mayores prospectos del fútbol tulipán en lo que ha sido un ascenso exponencial y súbito en una carrera que apenas comienza.

Del padre heredó ese deseo de ir para adelante siempre, buscando la portería contraria. Pero Justin creció en una época totalmente distinta, viendo a gente como Ronaldinho brillar con su manera de jugar distinta. Ese juego de regate y desequilibrio que terminó eligiendo como la escuela que quería seguir. Su juventud no le limita para enfrentar desde las banda izquierda las marcaciones; esconde siempre la pelota y la lleva hasta el último resquicio de la cancha en donde genera el mayor de los dilemas a la zaga rival: pasa sin el balón o la falta. Veloz como pocos, es de esos jugadores que aspira sacar un aliento de sorpresa a la afición que lo observa jugar.

En su corto andar ha dejado algo muy claro en la cancha: si es alguien en la vida, será por méritos propios y no por la sombre de su progenitor. Ha elegido marcar su propio camino, su propia identidad dentro del engramado para que se le siga por sus capacidades y talentos. Algo que siempre se le cuestiona a los jóvenes volantes/extremos es su falta de criterio para la distribución del juego; esa energía y ansias de comerse el mundo cuando se inicia generalmente logra cegar en muchas ocasiones las posibilidades de fútbol asociativo. Este muchacho no se escapa de esta realidad, pero a diferencia de otros esa mezquindad le permite terminar con mucho peligro dentro del área rival.

Con solo 17 años tiene la capacidad mental y futbolística de ponerse el equipo al hombro

Cada jugador tiene su firma. El centro-delantero que fue su padre tenía una delicadeza técnica envidiable, así como el buen juego de espaldas a la portería típico de un '9' de área. Teniendo estos rasgos como los más distintivos, aparte de la posición en el terreno de juego, no son un impedimento para que las expectativas sobre el mismo sean enormes. Un jugador que con tan solo 17 años tiene la capacidad mental y futbolística de ponerse un equipo profesional al hombro es algo que levanta pasiones, aunque se hace sensato tener paciencia, la cual es la madre de todo el éxito. Con los pies bien puestos sobre la tierra y nunca olvidándose del legado que su apellido conlleva en el Ajax, Justin apenas comienza una travesía que promete infinidad de emociones, emociones que en lugar de llevarse por el nombre del padre, serán muchas más por el nombre del hijo.

LA FIGURA

Nombre: Justin Kluivert
Nacionalidad: Holandesa
Fecha de Nacimiento: 5 de mayo de 1999
Lugar de Nacimiento: Zaandam
Posición: Extremo izquierdo, Extremo derecho
Estatura: 175cm
Valor del Mercado: 1.000.000 €*

CARRERA

Ajax, de 2016 a la actualidad.


* El valor de mercado de este así como de anteriores publicaciones son tomados de Transfermark.